Que el camino salga
siempre a tu encuentro,
que el viento sople
detrás tuyo.
Y la lluvia caiga suave
sobre tus campos.
Recuerda siempre
olvidar las cosas
que te entristecieron.
Pero jamás olvides
recordar aquellas
que te hicieron feliz.
Y hasta que volvamos a vernos
que Dios te sostenga
con el puño de su mano.
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